El tema, incluido en el álbum Bajo Belgrano (1983), está inspirado en la angustia que enfrentó Spinetta cuando su hijo Valentino enfermó gravemente.
“En realidad yo compuse “Maribel” acompañando la convalecencia de Valentino. Yo le silbaba la Novena Sinfonía de Beethoven y de ahí surgió la melodía de la canción. Mientras la tarareaba fui llegando a la conclusión de que si a Valen le pasaba algo malo, yo iba a tener que seguir cantando esa melodía, que no iba a llorar toda mi vida. Probablemente eso sea sólo una teoría, pero la letra tiene ese sentimiento.”, conto el flaco.
El tema fue dedicado en el álbum de lanzamiento a las Madres de Plaza de Mayo, en coincidencia con la recuperación de la democracia en la Argentina el 10 de diciembre de 1983, dando fin a la última dictadura, caracterizada por el terrorismo de Estado que impuso en aquel país entre 1976 y 1983.
“Este trasfondo me motivó a dedicarle el tema a las Madres de Plaza de Mayo para que no llorasen a todos los seres que desaparecieron, sino que les cantasen”, señaló Spinetta.
Maribel se convirtió en un símbolo. Maribel en principio no era una desaparecida, aunque podría haberlo sido. Ni siquiera el propio Luis escribió la letra pensando en eso, simplemente fue una canción que compuso para su hijo Valentino que estaba convaleciente.
Sin embargo, casi inconscientemente, había querido contar otra historia. Era la historia de esos años de muerte, el relato despojado sobre una chica que se durmió, que se hundió. Al partir, finalmente, Maribel sentirá una brisa de libertad. La imagen del carrusel nos hace pensar instantáneamente en las rondas de las Madres.
Maribel quedó entonces en el imaginario de mucha gente como la representación de uno de los tantos seres que cayeron luchando por un gran sueño.
