Newell’s y Central necesitan refuerzos, no rellenos


El inicio de 2025 encuentra a Newell’s y Central en un punto de inflexión que, incluso, podría definir el futuro inmediato de ambos. Mientras los respectivos planteles se preparan para encarar la temporada que se avecina, el silencio en torno a sus pretemporadas y la escasez de refuerzos de calidad van generando cierta preocupación entre sus hinchas. La necesidad de sumar apellidos de peso es más urgente que nunca. Sobre todo porque hasta el momento llegaron pocas caras nuevas a los dos planteles, pero no son nombres que invitan a soñar con poder dar
el salto de calidad que las dos instituciones deben dar en este año tras un 2024 para el olvido.

La lógica marca que la pretemporada avanza a paso redoblado en los dos frentes más pasionales que caracterizan a la ciudad desde lo deportivo. Pero los focos de atención se centran más en la incertidumbre que en los entrenamientos en realidad.

Tanto Newell’s como Central decidieron mantener las puertas cerradas a los medios de comunicación, lo que alimentó la especulación y cierto descontento entre sus fieles. No obstante, detrás de esta opacidad, las dirigencias trabajan en la construcción de planteles que puedan revertir el mal desempeño de 2024.

Lo cierto es que hasta la fecha las incorporaciones son mínimas y no generaron el entusiasmo esperado en las dos veredas. La Lepra fichó a Lucas Sosa, a Alejo Tabares y está al caer Luciano Lollo. Pero con eso no alcanza para nutrir al plantel con apellidos de jerarquía.

Mientras que Central hizo lo propio con Juan Manuel Elordi mientras que Hernán de la Fuente no pasó la revisión médica. Sin embargo, estos nombres no tienen el peso ni la trayectoria que podrían transformar al equipo de Ariel Holan en un contendiente serio.

En líneas generales la realidad marca que la falta de fichajes de renombre deja a los hinchas canallas y leprosos con una sensación de desánimo y una creciente inquietud sobre la dirección que están tomando sus directivos.

Los presidentes Ignacio Astore (NOB) y Gonzalo Belloso (RC) se encuentran en una encrucijada. La presión por parte de los hinchas es palpable en las calles. Ni hablar en redes sociales. Ambos clubes requieren refuerzos que no solo sean complementos, sino jugadores capaces de marcar la diferencia dentro del campo de juego.

En un 2025 que se presenta como crucial para los dos, de no sumar piezas que aporten calidad, ambos presidentes podrían enfrentar una tormenta de críticas que pondría en tela de juicio su gestión.

Claro que en el caso de Astore la situación es aún más delicada. Este año no solo es decisivo en términos deportivos, sino también en el ámbito político, ya que será un año electoral en suelo rojinegro.

La presión por lograr resultados tangibles se convertirá a la inmediatez en un termómetro constante que podría determinar su continuidad al frente del club. Los resultados en la cancha serán la vara con la que los socios medirán la gestión del doctor, que buscará no ser dado de alta del sillón presidencial. Está claro que Newell’s y Central se encuentran en una etapa donde la necesidad de refuerzos de calidad es más que una necesidad, es urgencia.

La falta de incorporaciones significativas y la presión que enfrentan sus presidentes crean un escenario de incertidumbre que podría tener repercusiones a largo plazo sobre las espaldas de los entrenadores Ariel Holan y Mariano Soso.

Ambos directivos deben tener en claro que el camino hacia el éxito no es un sprint, sino una maratón. Pero para competir en esa carrera a la victoria primero hay que tener las zapatillas adecuadas.

El quid de la cuestión entonces se basa en una pregunta. ¿serán capaces Astore y Belloso de encontrar esos refuerzos que sus clubes tanto necesitan?

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