En el tema, del disco «Canción Animal» (1992), la letra evoca el momento en que Gustavo Cerati, junto con su madre Lilian y su padre Juan José, debe enfrentarse a la noticia de la enfermedad de este último, un cáncer terminal que le ocasionaría la muerte en el año 1992.
Lilian Clark, madre de Cerati, había preparado té para tres personas, su marido, su hijo y ella. Gustavo estaba en casa y ambos esperaron a que Juan José regresara con los resultados de los estudios para darles buenas noticias, aunque no contaban con lo que estaba por decirles cambiaría por completo sus vidas. De acuerdo con la propia madre de Cerati, aquella tarde el patriarca se sentó con ellos y puso los análisis en la mesa.
Pero en ese momento le comunicó a la familia lo que nadie quería escuchar, Juan José padecía un cáncer terminal, le quedaba poco tiempo de vida y lamentablemente no había nada que pudieran hacer. Gustavo tomó un poco de té sin saber cómo actuar, padre e hijo se mantuvieron fríos, pues ninguno de los dos demostraba abiertamente sus sentimientos, tanto así que en un momento como el que estaba pasando no dijeron nada.
Sin embargo, Lilian no pudo ocultar sus lágrimas ante esta noticia tan triste. Gustavo Cerati observaba a lo lejos como su madre se levantaba llorando para abrazar a su marido, pero en ese momento sintió un dolor profundo con la imagen que estaba presenciando –con la mujer que le dio la vida sollozando y casi despidiéndose de su padre– que se quedó en su mente y decidió canalizar sus sentimientos de la única forma que sabía: con música.
