El senador y el concejal admitieron que les gustaría ser intendente de Rosario, pero también son conscientes de que sus anhelos están supeditados a lo que definan en el Frente Unidos
Ciro Seisas y Federico Lifschitz son dirigentes políticos jóvenes que constituyen ese recambio que determinado sector de la sociedad viene demandando.
El periodista y ex conductor televisivo llega al espacio del intendente Pablo Javkin y rápidamente se convierte en un referente de CREO.
El hijo del recordado intendente y gobernador Miguel Lifschitz irrumpe en el abanico político impulsado por el propio mandatario provincial Maximiliano Pullaro.
Ambos están transitando cargos legislativos pero tienen en el horizonte un mismo objetivo: ser intendente de Rosario.
Seisas admite su deseo pero lo deja supeditado al devenir del tiempo. “Claro que me gustaría, pero hay que ser responsable, no lanzar una candidatura como un globo de ensayo para ver qué pasa. La sociedad reclama cambios en la forma de hacer política. Tal vez ese sea un aspecto positivo de la llegada de Miiei, porque fue elegido por proponer un cambio profundo en la manera de hacer política, y por eso ganó. Y eso interpela a la política tradicional. Por eso, sí me gustaría ser intendente, pero hay que construir equipos porque no gobierna uno solo. Y se debe asumir con responsabilidad o no asumirlo”, sentencia el senador provincial por el departamento Rosario.
Lifschitz es contundente. “A diferencia de Ciro, yo sí respondo que quiero ser intendente de Rosario. Te diría que descarto cualquier otro cargo que me puedan proponer. Me interesa ser intendente. No me interesa ser reelecto como concejal u ocupar otro cargo legislativo. Tengo vocación por ocupar un rol importante en la política rosarina, y si es el ejecutivo mucho mejor”, dice el creador de Nueva Energía.
No obstante reconoce que es joven, que tiene mucho por aprender, pero que al mismo tiempo considera indispensable formar parte de una propuesta superadora para la ciudad. “Como la que está ejecutando Pullaro a nivel provincial y de la cual me siento parte”, reflexiona el edil rosarino.
Lifschitz y Seisas quieren ser intendente pero saben que la construcción de las candidaturas se sustentan con la labor parlamentaria que vienen haciendo pero también con marcada dependencia de lo que determinen sus espacios. Porque son conscientes que comparten un mismo frente. Y que eso los ubica como adversarios íntimos.
Otros competidores
Pero en esa convergencia de las diferentes corrientes políticas que hacen a Unidos, y que consagró a Pullaro como gobernador por contundente diferencia, hay otros y otras protagonistas que miran el Palacio de Los Leones con aspiraciones.
El radicalismo tiene en la figura de María Eugenia Schmuck una potencial candidata al ejecutivo municipal, porque la presidente del Concejo cuenta con una trayectoria que la sustenta. Como así un caudal electoral.
Pero dentro del partido radical también se lo menciona a Franco Bartolacci como potencial postulante, rector de la Universidad Nacional de Rosario y paradójicamente esposo de Schmuck. La atracción de una interna podría darse no sólo en el ámbito partidario sino también en el conyugal.
Pero no solo el radicalismo tiene dilemas por resolver. También el Socialismo. Del cual ya tomó distancia Federico Lifschitz al formar su espacio Nueva Energía. Formalizando así sus profundas diferencias con las líderes del partido de la rosa: Mónica Fein y Clara García, entre otras.
Es por ello que los socialistas están posicionando a la diputada provincial Lionella Cattalini como eventual candidata a la intendencia, y por eso la legisladora no ahorra críticas hacia la gestión de Javkin.
Cuando EPA indaga entre los distintos sectores que hacen a Unidos por Santa Fe, todos admiten que cada escudería ya tiene prácticamente definido a sus pilotos. Y, si bien algunos están con idéntica incertidumbre a la de Colapinto, reconocen que falta lo más importante: el reglamento de la carrera.
Es que a casi tres años de los comicios para el ejecutivo municipal, hay mucho por definir. La reforma constitucional provincial en ciernes cambiaría las formas de dirimir postulaciones. Todo un tema para aquellos sectores políticos que comparten electorado y que hasta ahora, PASO mediante, tenían su método para definir.
Por ahora, todos los que hacen a Unidos por Rosario saben que las elecciones legislativas del 2025 serán como una prueba de clasificación, donde se pondrá a prueba la consistencia o no del Frente.
Y también entienden que la puja interna de Unidos puede favorecer a otros competidores si se desmadra.
Por eso el intendente Javkin avisó que Unidos tendrá una estrategia conjunta a definir con Pullaro. Que trabajará codo a codo para que así sea. Y llegar con la escudería fuerte en el 2027. Aunque para ello aún faltan muchas vueltas.
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