Santa Fe, la invencible y un gobierno que todos los días pone el cuerpo y la palabra para salir adelante.
Crecí en pleno contacto con nuestra tierra. Desde siempre mi vida fue el campo, vi a mis viejos laburar y dejar todo cada día para que a mis hermanas y a mí no nos faltara nada y pudiéramos hacer lo que queramos. Para mí eso siempre fue Santa Fe: una tierra de infinitas oportunidades.
Esta provincia volvió a llenarme de orgullo. Con el gobernador recibimos en Santa Fe a empresarios y fondos de inversión que vinieron de todas partes del mundo a conocer de primera mano esta tierra maravillosa que es nuestra provincia. Todas estas personas ven y creen en el potencial que tenemos y, lo que es más importante, apuestan por nosotros.
Eso no solo reafirma la calidad de nuestros recursos sino que significa más oportunidades concretas para los santafesinos que las necesitan: más trabajo, mejores sueldos, más innovación en los procesos, más exportaciones. Pero si bien el hito que significó el Santa Fe Business Forum para nuestra provincia me llena de orgullo, no fue tanto eso lo que me hizo sentir de esa manera, sino el camino recorrido para llegar ahí.
Si bien nos sobran talento y recursos para que los ojos del mundo se posen en nuestra provincia, la realidad es que lamentablemente con eso no alcanza. Santa Fe tenía, y en muchas cosas aún tiene, un contexto difícil que actúa como barrera para que todas estas oportunidades se concreten.
La seguridad física y jurídica, la estabilidad, las regulaciones, burocracias, trámites e impuestos excesivos, la falta de tecnología, de profesionales, todo eso se convierte en una barrera que impide el progreso de nuestra provincia,
Por eso, con plena conciencia de todo lo que falta, me da mucho orgullo mirar para atrás y ver dónde estamos parados hoy.
El flagelo más grande de los santafesinos durante años fue la inseguridad. Y si bien hay que seguir trabajando y poniendo todos los esfuerzos en que Santa Fe esté en paz, no puedo dejar de pensar en los pasos que fuimos dando para llegar hasta acá
Como presidenta del Senado fui testigo de una Legislatura que estuvo a la altura de lo que Santa Fe necesitaba y acompañó las leyes para que desde el ejecutivo pudiéramos cambiar y hacer las cosas que había que hacer para, por ejemplo, recuperar el control de las cárceles. Terminar con algo tan ridículo como que el preso pudiera recibir delivery en su celda, o con algo tan doloroso como que el chico O que entró por un robo termine soldadito del capo narco por compartir celda. Eso permitió, a su vez, llevar tranquilidad a la calle, porque los presos perdieron el control del crimen organizado.
La austeridad y eficiencia que tuvimos con los recursos, permitió que pudiéramos empezar a fortalecer una policía que estaba descuidada y que no tenía herramientas para hacer su trabajo. Y como a nosotros no nos frena el no hay plata, ordenamos las cuentas y pusimos los recursos donde había que ponerlos.
Y así tampoco frenamos las obras que sabemos que son esenciales para nuestro interior productivo. Porque sabemos que es el corazón que hace latir no solo a nuestra provincia sino a toda la Argentina. Por eso los apoyamos, y empezamos a bajar esas barreras burocráticas y financieras para que poco a poco pudieran desplegar ese potencial que tienen. Los defendimos cuando quisieron avanzar con las retenciones. Y los estamos acompañando a que salgan a mostrarle al mundo lo que es Santa Fe.
También empezamos a bajar Ia barrera más dura y que genera más desigualdad que es la de la falta de educación. Devolvimos a los chicos y a los docentes al lugar donde tienen que estar que es el aula. Les dimos las herramientas y la infraestructura necesaria para el aprendizaje. Y nos aseguramos que los chicos estén aprendiendo todo lo que necesitan aprender para poder construir su proyecto de vida.
Soy muy consciente de lo afortunada que soy y poder elegir qué quería hacer de mi vida. Esa no es la realidad de cientos de miles de santafesinos que hoy no encuentran en su tierra esa tierra de oportunidades en la que crecí.
Mi vocación es trabajar todos los días para que cada santafesino tenga la libertad de construir la vida que quiera en el lugar donde nació. Por eso me enorgullece lo que ocurrió estos días, porque es una condensación del camino que estamos construyendo hacia esa Santa Fe.