¿Por qué se fue Russo de Central?

Miguel Ángel Russo no es de declaraciones explosivas. Cuando culmina un ciclo se va con explicaciones cortas y elípticas. Sea por decisión propia o de los directivos. De sus salidas deja que hablen y elige el camino del respeto. De la prudencia. Aunque no haya estado de acuerdo si la determinación no fue propia. Como ocurrió en Boca.

Porque puede sonar como una frase hecha, pero su formación le imprime un concepto indeleble: los clubes están por encima de cualquier nombre. Y a ese pensamiento lo atraviesa el sentimiento cuando se trata de un lugar en el que Miguel siente propio. Como es el caso de Central.

¿Por qué se fue Russo de Central? La pregunta recorre los rincones tratando de descubrir una respuesta, mientras un tsunami de conjeturas arrasa las mesas de los bares, las oficinas, los diferentes espacios laborales y los eventuales encuentros callejeros en los que el fútbol envuelve las charlas con el eco de la polémica.

Especulaciones varias

La enfermedad es la hipótesis que más consenso tiene en el colectivo canalla. Pero no. El propio Miguelo se encarga de pedirle a los periodistas de confianza que desmientan esa versión porque “estoy muy bien de salud gracias a Dios”.

No es casualidad que el DT haya dado la conferencia de despedida sin boina ni gorra. “Viste cómo está creciendo el pelo, te lo adelanté hace un mes”, dice café de por medio luego de diez días de haber dado por terminado su quinto, y quizás último, ciclo como entrenador de Central.

Otra de las “postas” que elabora el ingenio popular gira en torno a una discusión con Gonzalo Belloso, el presidente auriazul. “No, ayer almorzamos”, responde Russo, desactivando otro fuerte rumor.

Fiel a su estilo de contestar sin decir, también descarta una eventual desavenencia con Marco Ruben, quien hizo un gesto de disgusto cuando fue sustituido ante Unión en el complemento. Y como para despejar dudas Russo siempre puso en valor a los referentes, entre ellos Broun, Mallo, Malcorra y Quintana.

La respuesta interior

¿Entonces por qué se fue? ¿Qué lo llevó a adoptar esa determinación cuando tras eliminar a Inter de Porto Alegre puso en valor la actitud del plantel? ¿Qué vio Miguel en el partido ante Unión que lo impulsó a pensar en una salida? ¿Qué ocurrió en esa reunión futbolística del jueves en la que el DT debía evaluar y pedir si consideraba necesario sumar un volante creativo? Algo que ya había pedido con anterioridad.

Tras ese cónclave del jueves avisó que se iba. Lo plasmó el viernes.

Aunque Miguel Russo no quiera dar precisiones, tras el penal que falló Copetti en Santa Fe el entrenador se fue a sentar en el banco con visible disgusto. Después se supo que el ejecutante designado era otro.
Cuando la pregunta directa busca la certeza, el entrenador se aferra a la partitura que mejor ejecuta. Frases conocidas que funcionan en situaciones similares.

La explicación

“Si las cosas no salen hay que asumir la responsabilidad. No me gusta perder. Por ende hay que priorizar el club”, sentenció.

Después, en un análisis más global, Russo hizo una descripción crítica de las cosas que suceden en la sociedad y de las cuales el fútbol no está exento. “Siempre es importante saber desde dónde se viene para valorar lo que se recorrió”, dice.

“Hoy se vive todo muy apurado. Y así es muy difícil. Un juvenil de 20 años tiene un entorno que lejos de ayudarlo lo perjudica. Porque lo llevan a elegir el dinero rápido por sobre el progreso profesional, entonces en vez de consolidarse como jugador en el fútbol argentino se va a lugares donde solo ganará dinero, pero no se desarrollará como profesional”, repite con decepción.

Russo casi sin proponérselo comienza a fundamentar decisiones. “Es muy difícil que un joven de 19 años entienda que primero debe aprender a jugar acá, en un fútbol argentino que le dará múltiples herramientas para luego afrontar desafíos competitivos, cuando tenés la novia, el padre, los amigos y todo un entorno que le marca la plata como el único objetivo”, resalta el entrenador.

Russo reflexiona que así es muy difícil construir equipos “porque los más jóvenes no tienen la cabeza libre para desarrollar sus habilidades, ya que la presión que recibe para convertirse en el salvador económico de su entorno lo condiciona de tal manera que lo único que busca es el dinero lo antes posible”.

“Entonces esta realidad atenta contra toda construcción colectiva, porque no me digan que un chico de 20 años tiene en claro su futuro cuando ese entorno de diez personas le inculcan que el dinero es lo único importante. Idea que no se cambia ni hablando con los padres”, reseña.

Está claro que Russo se fue de Central por razones estrictamente futbolísticas. Ni por problemas de salud ni personales. Y porque consideró que lo que pretendía no lo podía plasmar.

Más cuando durante la Copa América planificaba para el segundo semestre bajar el promedio de edad de su equipo con la rotación con jugadores jóvenes y aguardar que algunos de los futbolistas incorporados estén en el nivel esperado.

Pero los por qué Russo los guardará junto a otros tantos que fue archivando a lo largo de su vasta carrera.

Los días por venir

Russo ya tiene programado su futuro inmediato. El entrenador invertirá sus próximos meses en cumplir con una intensa rutina física con sesiones de kinesiología, las que postergó desde la recta final de la Copa de la Liga que conquistó en 2023. En paralelo por ese lapso se plantea disfrutar de la familia, lo que demuestra que al fin el DT obedecerá las recomendaciones de su círculo íntimo.

No obstante Russo ya descartó algunas propuestas laborales del exterior para lo inmediato, pero enseguida sentencia: “Noo, no me retiré, quiero seguir dirigiendo después de esta pausa”.

Miguel larga una carcajada cuando la consulta apunta a saber si es cierto que una federación lo contactó para conocer su disponibilidad para dirigir ese seleccionado. Quizás el único deseo que le resta satisfacer. “En dos meses hablamos”, responde risueño.

¿Eso le contestaste? Eso te respondo a vos.
_ ¿Y a la federación?
_ Creo que también.
Miguel Ángel Russo se fue de Central. A su manera y con sus formas. Pero con la gratitud y el respeto de siempre.

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