El tema, incluido en el disco «El Tesoro de los Inocentes» (2004), hace alusión a la «masacre en el pabellón séptimo», ocurrida el 14 de marzo de 1978 en el Pabellón 7 de la entonces Unidad 2 de Devoto ubicada en el barrio Villa Devoto de la Ciudad de Buenos Aires, En el trágico incidente murieron asfixiadas, quemadas o baleadas al menos 65 personas.
La canción es compuesta a partir del libro «Crónica de muertes silenciadas» del criminólogo Elías Neuman, en el cual se transcribe el testimonio de Horacio, un sobreviviente de la masacre Pabellón 7 de Devoto.
Los únicos imputados fueron los propios presos sobrevivientes. Las muertes quedaron impunes de la misma manera que otros episodios de torturas o asesinatos cometidos contra «presos comunes» en la dictadura. En agosto de 2014 la Justicia Federal resolvió que se trata de un delito de lesa humanidad.
