Parece sacado de una novela mexicana. La salida de Keylor Navas de Newell’s fue desprolija. Expuso a la dirigencia y cuerpo técnico leproso sin medir los daños colaterales que generó, pese a la visible estrategia mediática de bajarle el perfil a este caso. El arquero se plantó y logró sumarse a Pumas como lo planificó. El costarricense demostró tener cero tacto con el club que lo reinsertó a la actividad. La historia llegó a su punto final de la manera menos esperada por la comunidad del Parque.
Quedó en el cajón de los recuerdos que Navas era uno de los referentes del plantel. También la máxima figura del equipo. Sus atajadas habían eclipsado rápido a todos los leprosos. Su partida a México dejó un vacío de impotencia y de fastidio en todo el club.
También expuso una vez más la floja muñeca de los directivos leprosos. A eso hay que sumarle el débil peso de Cristian Fabbiani, quien pese al desplante que le hizo Keylor ante Independiente en Mendoza, el DT lo había alabado y hasta indultado en la previa de Banfield, pero el tico también decidió bajarse del partido.
El costarricense abandonó el club alegando motivos personales. Decidió irse a Pumas para estar cerca de sus hijos, que están en Costa Rica. ¿Fue una falta de respeto a NOB?
La respuesta puede variar según la perspectiva. Para algunos, su actitud fue una muestra de profesionalismo y derecho a decidir por su bienestar familiar. Para otros, fue una falta de respeto a la camiseta y a sus compañeros, que sí contaron con su compromiso en la cancha.
Es verdad que en medio de este torbellino, la Lepra se quedará con casi 2.5 millones de dólares, una cifra relevante para una institución que necesita equilibrar el rumbo financiero. No obstante, la pérdida deportiva es notable.
Porque perder al jugador más regular del pasado semestre, que se convirtió en un pilar en la defensa del equipo, no será fácil de suplir.
La directiva leprosa parece estar anestesiada con este caso. Es como que sigue en realidad en una posición de vulnerabilidad, limitada por sus propias capacidades y sin la estrategia clara para manejar una crisis.
Esta situación, que en otro momento o circunstancia podría ser un asunto menor, terminó siendo un papelón y exponiendo la rica historia de Newell’s.