Seguramente leíste o te contaron que detectaron el Ozempic trucho. ¿Cómo? Sí, trucho. Una medicación de gran demanda que no se comercializa en nuestro país. Y que representa un riesgo para la salud muy grande, ya que, tras recibir una alerta, Anmat corroboró que el producto simulaba ser el utilizado para tratamientos de personas diabéticas, pero el formato presentado era inexistente y sus fabricantes no estaban habilitados en el país.
¿Qué es el Ozempic?
Ozempic, tal el nombre comercial de la droga semaglutida (hay otros basados en dicha droga en el mercado farmacéutico) se hizo conocido en todo el mundo cuando algunas celebridades contaron y mostraron que habían bajado muchos kilos en poco tiempo inyectándose este medicamento. Los profesionales de la salud no tardaron en salir a explicar que no puede ser utilizado por cualquier persona, que requiere de un estricto seguimiento y que solo puede comprarse con receta ya que puede tener efectos no deseados.
Es grave lo que pasó con éste y otros medicamentos (que no son legales) porque allí no existe la trazabilidad, que es lo más importante.
La trazabilidad es la metodología que asegura la procedencia de los medicamentos desde el laboratorio (cada uno tiene un número de registro que le otorga el Instituto Nacional de Medicamentos a través de Anmat), porque a partir de ahí se puede seguir su trayectoria: del laboratorio a las distribuidoras mayoristas, luego a las droguerías y finalmente a la farmacia donde los profesionales cierran el circuito dispensando al paciente.
El hecho de conocer el circuito permite, ante cualquier problema que surja, ubicar el lote y empezar a hacer el recall que es lo que asegura rápidamente quitar del mercado un producto que ha reportado un inconveniente.
Lo mismo que sucedió hace poco tiempo con pastas dentales: ese es un ejemplo de cómo funcionó la estrategia que se desplegó de inmediato, actuando en consecuencia para proteger a los usuarios.
El peligro en las redes sociales y plataformas de compra-venta.
Las redes sociales son un medio que favorece el mercado negro: no conocés la procedencia, no están autorizados y comprar éste o cualquier producto que se va a ingerir puede tener efectos muy graves. Es un delito que debemos denunciar, tanto en la plataforma como al 0800-222-2853.
Antes de adquirir un medicamento hay que pensar que las farmacias autorizadas son siempre el lugar más seguro. Por ello, los médicos especialistas tienen que ser los responsables de su prescripción y los profesionales de la salud son también quienes deben hacer el seguimiento de la evolución del tratamiento.