La canción, incluida en el álbum “Chansons Parisiennes” (1946), fue dedicada a su gran amor, el boxeador Marcel Cerdan.
La canción fue una carta de amor para Marcel Cerdan, el amor de su vida. Su relación con Marcel Cerdan fue una historia de amor que cautivó a Francia, pero que terminó trágicamente.
Marcel Cerdan fue un héroe francés, el mejor boxeador que jamás haya producido Francia, y una fuente de gran orgullo nacional. Se levantó de la nada como un niño pobre de Argelia que ganó con knock-out en más de 60 peleas.
Él era el amor de su vida y el único hombre al que amaba de verdad. Eran la pareja de celebridades más popular de Francia a fines de la década de 1940.
Piaf conoció a Cerdan en 1947. Su amor se convirtió de la noche a la mañana en una sensación en Francia, un romance de celebridades que cautivó a todos. La pareja compró un pequeño hotel en París, presumiblemente para comenzar una vida juntos, pero la incómoda verdad era que Cerdan ya estaba casado y era padre de tres hijos).
Un 27 de octubre de 1949, Piaf estaba en la ciudad de Nueva York para una actuación, esperando ansiosamente la llegada de Cerdan, cuando el Lockheed Constellation de Air France en el que viajaba se estrelló contra una montaña cerca de Azores sin dejar sobrevivientes. La pareja sólo pudo disfrutar de un par de años juntos.
La letra expresa cómo el amor verdadero puede transformar la percepción del mundo, haciendo que todo se vea en una perspectiva de felicidad y optimismo.
Algunas de las versiones más conocidas han sido interpretadas por artistas como Raquel Bitton, Thalía, Louis Amstrong, Lady Gaga y Mon Laferte. Pero, sin lugar a dudas, la mejor de todas las versiones es la que cantó es la que cantó Edith, el pequeño gorrión de Francia.
