Pocos clubes experimentaron una transformación tan drástica como Newell ‘s en las últimas fechas. La llegada de Cristian Fabbiani como nuevo director técnico fue la chispa que encendió la llama de la esperanza en un club que, hasta hace poco, se encontraba en llamas desde lo político y era una fuente de crítica constante hacia el equipo. La gestión de Ignacio Astore, que se enfrentaba a un arco opositor cada vez más ruidoso, encontró en el Ogro un aliado inesperado y poderoso que le permite enfrentar el día a día con otro semblante y perspectiva.
La política en el club rojinegro cobró protagonismo hace unas semanas, con facciones enfrentadas que buscan el control de la institución en un futuro cercano.
Sin embargo, el reciente resurgimiento deportivo otorgó un respiro a la actual comisión directiva. La oposición, que carece de un referente de peso, se vio obligada a hacer una pausa en sus intentos de cuestionar a Astore y su gestión.
Ahora, todos parecen haberse subido al tren de la alegría que conduce Fabbiani, quien logró, al menos temporalmente, unificar fuerzas en torno a un objetivo común: el éxito deportivo. Es que desde la llegada de Fabbiani, el equipo mostró una notable mejoría en su rendimiento en el campo de juego. Aunque su debut fue complicado, con una derrota 2-0 ante Barracas Central, el equipo no tardó en encontrar el rumbo correcto.
Con un invicto de siete partidos, Newell ‘s demostró que es capaz de competir con los mejores. La lista de resultados habla por sí sola: victoria 2-1 ante Atlético Tucumán; empate 0-0 en su presentación en el Coloso contra Belgrano. Igualdad de 1-1 contra Estudiantes en La Plata. Triunfo contundente 2-0 sobre Boca. Avance en la Copa Argentina, donde, tras un empate 0-0, se impuso por penales contra Kimberley de Mar del Plata (Federal A). Victoria 2-0 contra Tigre en Victoria.
A pesar de un reciente empate sin goles contra Argentinos Juniors, la calma y la confianza parecen reinar en el Parque Independencia.
Este contraste es notable, especialmente si se considera que, bajo el mando de Mariano Soso, Newell ‘s había logrado apenas 3 puntos de 18 posibles en los partidos previos a la llegada de Fabbiani.
La situación leprosa es un claro recordatorio de cómo el fútbol puede ser un reflejo de la vida misma: en momentos de adversidad, la llegada de una figura carismática puede cambiar el destino de un colectivo y también calmar las aguas.
Cristian Fabbiani trajo consigo no solo una nueva propuesta táctica, sino también un aire de esperanza que revitalizó a la gran familia rojinegra. A eso hay que sumarle que con la política interna en calma y los resultados deportivos dando la razón a la gestión de Astore y su equipo, la Lepra sigue dando batalla para ver si puede clasificar a los octavos de final del torneo local.
El camino es largo y el desafío es mantener esta inercia positiva de la mano de un Ogro Fabbiani que sigue siendo el motor que reposicionó a Newell’s, le dio un manto de calma a Astore y silenció al arco opositor.
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