La crisis estructural en Newell’s continúa crujiendo 

Newell´s se encuentra sumido en un momento muy crítico, con desafíos que trascienden lo deportivo. La reciente salida de Mariano Soso tras perder el clásico frente a Central obligó a la dirigencia a mover las fichas del tablero político y por eso contrató como entrenador a Cristian Fabbiani. La Lepra sigue transitando sin un rumbo claro en toda su estructura. La presión sobre Ignacio Astore aumenta con cada día que pasa. Todos esperan que la llegada del Ogro sea un primer paso hacia la recuperación, pero la gestión institucional también requiere una revisión profunda. Sobre todo porque es un año electoral, aunque lo que menos desea el hincha en la actualidad es pensar en las urnas cuando el club cruje por dentro y por fuera.

Está atravesando uno de los pasajes más espinosos de su historia reciente. Newell ‘s decidió apostar por Cristian Fabbiani para liderar al equipo en este periodo de incertidumbre. El Ogro tiene en la previa carisma y conexión con la hinchada, por lo cual podría ser la figura que logre reanimar a un plantel desmotivado.

Otro punto a resaltar es que la gestión de Ignacio Astore al frente de la Lepra se encuentra en una encrucijada. Aunque había manifestado su intención de buscar la reelección, la presión creciente por los resultados y la situación institucional marcan que podrían generarle un replanteo.

Es que se especula con la posibilidad de adelantar las elecciones. El arco político, que no tiene una cara esperanzadora a la vista, se frota las manos y muestra los colmillos en este desgarrador instante.

En medio de la tormenta aparece la miseria y cada fracción política aprovecha para hacer leña de un árbol que está caído desde hace rato. La rueda de la improvisación, en este sentido, también ofrece algunos apellidos particulares a la carrera presidencial.

No obstante, la realidad marca con toda su furia que Newell’s necesita una bocanada de oxígeno deportivo a la inmediatez para calmar las agitadas aguas en pos de salir a flote en el torneo argentino, mientras el plano político sigue alimentando su ego y el club aumenta su crisis a pasos agigantados.

Lo que Soso dejó

La salida de Mariano Soso como técnico dejó a la institución rojinegra temblando y con pronóstico reservado. A eso hay que sumarle que su rol frente al plantel profesional se limitó a apenas tres meses, tiempo en el que no logró encontrar la fórmula para revertir la situación.

También hay que remarcar que con solo un mes de sueldo percibido y tras una serie de rendimientos decepcionantes, el DT tuvo que dar un paso al costado después del clásico, un partido que en la cultura del fútbol rosarino no solo es una batalla deportiva, sino una cuestión de orgullo y pasión.

A pesar de su breve paso, el saliente entrenador dejó una huella positiva en la relación con los empleados del club. Su atención hacia el bienestar del personal, que llegó a incluir la entrega de zapatillas a todos ellos, evidenció un enfoque humano que contrasta con la turbulencia de los resultados deportivos que envuelven a la Lepra desde hace mucho tiempo.

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