¿Los sucesos que involucran a Alberto –más allá de las respectivas derivas judiciales- afectan políticamente al kirchnerismo? Obviamente no lo ayuda a construir una imagen positiva o renovada. Sin embargo, la afectación eventual debe ser analizada en función de 3 factores:
1) la importancia del personaje (Alberto complica más que Alperovich o Espinoza);
2) la reacción de su fuerza política (en este caso la tendencia está más orientada hacia la condena); y
3) si el delito en cuestión es del orden privado o público.
Cada lector o lectora tendrán su propia opinión ética sobre lo que se denuncia, pero la cuestión difícilmente modificará algo del tablero político, sobre todo porque el protagonista de las noticias es “un muerto político”. Muy diferente sería la situación si eso le ocurriese a Mauricio Macri, una figura que está remando para retomar un rol protagónico de sí mismo y de su partido.
¿Todo este descalabro lo favorece a Milei? Desde ya que lo ayuda en la diferenciación sobre un pasado inmediato que se percibe muy negativo, y reafirma la decisión de muchos votantes que optaron por el libertario ante el “pasta o pollo”. Al final, la opinión pública se construye comparativamente: ¿estamos mejor con Javo? ¿Comparado con qué? La contrafigura del Alberto en desgracia fortalece la idea que era necesario un cambio mayúsculo en muchos aspectos, no solo en el económico.
Las cosas más importantes del escenario pasan por los mercados internacionales, la economía local, el Congreso y la justicia. A Japón le estalló una burbuja, a China ya le había explotado y en EEUU se reclama que baje la tasa de interés porque el dinamismo tocó techo. Obviamente Argentina entra en el sube y baja con riesgos y oportunidades. El contagio oriental no es bueno para un país que exporta mucho hacia allá, pero si la Fed baja la tasa, el valor de los commodities se potencia, aunque no hay mucho efecto por un rato largo.

Otro ámbito muy activo es el judicial. Primer acto, el calabrés dice que no apoya a Lijo (o sea, el expresidente llegó a la conclusión que el juez federal no se las va a hacer fácil en la causa Correos; “Cris, empújalo vos, si querés”). Segundo acto, el hermano de Mauricio lo acusa de lavado, lo patrocina un abogado K y la causa cae un juzgado que subroga… ¿adiviná? ¡Sí! ¡Lijo! Tercer acto, la Cámara Federal Electoral dice que no le consta que Calcaterra haya hecho aportes de campaña al FdT, argumento utilizado por el empresario para zafar en la causa Cuadernos (traducción: 1) “de acá –gesto soez- vamos a avalar el imaginativo atajo jurídico de Casación”; y 2) “entonces, si todos los de los Cuadernos hacían aportes de campaña, nosotros que los debíamos controlar, ¿no nos dimos cuenta? ¿o fuimos cómplices?”, acompañado de un segundo gesto soez).
Con la advertencia de Mauricio de no apoyar al juez que lija, la pone a la Pato en una situación incómoda, asociada al mismo deseo que Cristina. La jefa –que no gana para disgustos entre Maduro y Alberto- seguro que debe estar pensando “ah, pero, ¿yo tengo que juntar los votos y poner la cara por algo que se le ocurrió a Milei? (va otro gesto soez)”. Si esto es así, quizá la lija se haya desgastado antes de tiempo.
Siguiendo con el ex Emir de Cumelén –que tuvo que dejar ese dorado destino para volver a arremangarse- cabe una reflexión sobre por qué difícilmente el presidente le solicite a su ¿aliado? cuadros del PRO para gestionar:
1) tener una quinta columna adentro del Gobierno no le gusta, ni le interesa;
2) que nadie piense que entonces Mauricio controla algo de la gestión a control remoto; y
3) la más importante: ¿para qué quiere Milei a funcionarios con experiencia si él cree que, si arregla la macro, el resto vendrá por añadidura? Es una gestión repleta de áreas que no funcionan, no solo porque no tienen presupuesto, sino porque desde la cúpula creen que son irrelevantes, y quizá, innecesarias. Nombran a interventores para regularizar organismos, pero sin recursos, por ejemplo.
Los “perros de la calle” se pasan facturas todo el tiempo. Frente al informe crítico de la fundación macrista y el acto de la semana pasada, el Gobierno se la devolvió no cumpliendo con el primo el acuerdo por los recursos porteños, y quiere quitarse de encima los subsidios a las líneas de colectivo que no dependan del ámbito federal.
Mauricio Claver Carone, expresidente del BID, fue echado del cargo por una denuncia sobre una relación impropia para las reglas del organismo. Se rumorea que Guillermo Francos fue el hábil operador de la misma. Ahora, ese asesor de Trump, dijo que el gobierno de Milei aplica “políticas peronistas”. Parece que es complicada la relación con los que se llaman Mauricio…
Fuente: Newsweek