Este temazo de 17 minutos, incluido en el álbum «In-A-Gadda-Da-Vida» (1968), lo compuso su teclista y vocalista, Doug Ingle, una noche «mientras bebía un galón de vino».
Ingle le cantó la canción a Bushy para que este escribiera la letra, pero se le entendía tan poco por su borrachera que en vez de «In the Garden of Eden» su compañero entendió «In-A-Gadda-Da-Vida” y así se quedó.
La canción incluye un memorable riff de guitarra y bajo, y sostiene este riff durante más o menos toda la duración del tema.
La canción es importante en la historia del rock porque, junto con Blue Cheer y Steppenwolf, marcó el punto en el cual la música psicodélica produjo heavy metal.
