Enroscados hasta abril

Las próximas elecciones del 13 de abril, en las que en forma simultánea se realizarán las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (PASO) santafesina y la de los convencionales reformadores de la Constitución provincial, impuso una agenda política en pleno verano, por lo que no sorprendió ver a dirigentes de diferentes espacios pulular por bares, y poniendo caras de póquer al ser vistos en mesas con referentes antagónicos hasta no hace mucho tiempo. Como ejemplo bastan dos encuentros en dos negocios gastronómicos en las cercanías del Monumento a la Bandera, donde diferentes sectores de Unidos (no tan unidos) y de Juntos (no tan juntos) negociaban consenso para la elección de convencionales mientras se diferenciaban para las listas de las PASO. Ambas reuniones bien podrían haberse hecho en el quirófano de cualquier sanatorio, ya que había algunos operadores mediáticos, seguramente pautando cosas.

La crisis produce candidatos

Cuando las dificultades económicas reducen las posibilidades laborales de profesionales como así de personas con oficios, la política se convierte en una salida de emergencia para ellos, aunque esto implique mayor precariedad en el nivel de representación de la sociedad. Así se siguen presentando candidatos provenientes de los medios de comunicación, ya sea periodistas, cocineros, modelos, conductores y hasta diseñadores de ropa. Lo concreto es que salvo alguna excepción, el salto de mediáticos al ámbito político lejos de haberle dado un salto de calidad le dieron mayor volumen a la mediocridad preexistente. Hay un dicho que justifica de manera errónea esta circunstancia: mejor malo conocido que bueno por conocer. Lo malo nunca puede ser mejor que la búsqueda de algo superior.

Original pero bochornoso

Cuando los hinchas canallas escucharon que los directivos organizaron una presentación de refuerzos con las presencias de Carlos Quintana y Franco Ibarra, a quienes lograron mantener en el plantel por renovación contractual, estallaron de bronca, ya que se trató de un hecho inédito para tratar de engrosar el raquítico mercado de pases que estaban haciendo. Y como si esto no fuera suficiente bochorno, el club dispuso que el manager Federico Lussenhoff y el técnico Ariel Holan tuvieran a su cargo el cierre del acto, pero sin aceptar preguntas de los periodistas. 

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