La Lepra cerrará un año para el olvido tras la eliminación de la Copa Argentina y la poca reacción que demuestra el Ogro en el plantel
La derrota de Newell’s en San Luis no solo representó la eliminación en la Copa Argentina. También ratificó las falencias deportivas del equipo a nivel futbolístico. A ese combo hay que sumarle que además dejó al descubierto la postura de Cristian Fabbiani. La actitud del Ogro de aferrarse al silencio como idioma para expresarse en estos momentos delicados, se convirtió en un fiel reflejo del raquítico estado a nivel dirigencial e institucional.
Lo de la Lepra sigue siendo preocupante. Quienes deben ocuparse de revertir el rumbo no lo hacen con la firmeza que debe tener todo capitán sobre el timón cuando el barco está direccionado hacia el naufragio.
El triunfo de Belgrano de 3 a 1 representó la tercera derrota rojinegra en los últimos cuatro partidos. Demás está remarcar que las victorias parecen ser un recuerdo lejano para una hinchada que anhela volver a ver a su equipo competitivo y con identidad, algo que no suede desde hace mucho tiempo, por cierto.
No obstante, también es destacar que con el silencio de Fabbiani de no dialogar cuando besa la lona, genera urticaria en la masa leprosa, que merece al menos una explicación del Ogro. Pero el DT parece también estar en la misma sintonía que los dirigentes: desconcertado.
Cristian se presentó solo ante los medios cuando salió el sol en el parque: tras la victoria ante Atlético Tucumán. Lo cierto es que antes había esquivado los micrófonos tras la derrota en el clásico rosarino y, posteriormente, en el tropiezo frente a Barracas Central en el Coloso. Tal es así que incluso, en esta última oportunidad, optó por un escueto posteo en redes sociales en el que afirmó: “En este momento que estamos viviendo como club salgo a dar la cara como siempre”.
Sin embargo, la realidad desmiente sus palabras: su silencio en los momentos más críticos evidencia una desconexión popular y una falta de liderazgo que solo alimenta la incertidumbre en la hinchada sobre su futuro cercano. ¿Tiene futuro?
El comportamiento del exdelantero, que en varias ocasiones tiró frases tribuneras, ahora parece reflejar la apatía que invade a un club que, desde hace tres años, solo cosecha dolores de cabeza. Cae de maduro que la actual gestión necesita cambios profundos. Toda la masa leprosa espera por un nuevo proyecto. Con gente del fútbol sobre todo, que tenga relaciones y que realmente sepa desenvolverse en este especial ámbito. Sobre todo en pos de devolverle al club su identidad.
Mientras tanto, en el campo de juego, el equipo continúa sumando derrotas y la dirigencia parece ausente de soluciones concretas. La historia de Newell’s requiere hoy más que nunca de líderes visibles y comprometidos. La ausencia de declaraciones y el silencio de figuras emblemáticas solo profundizan la crisis y alejan la esperanza de un resurgir.
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