Transcurrieron ya varios meses desde el cambio de gestión a nivel nacional y provincial y era previsible que aparecieran titulares haciendo referencia a la producción, Pymes, sectores productivos, cadenas de valor, economías regionales, Industria del conocimiento, etc.… Ergo, es momento para señalarle a los nuevos gobernantes que deberían abandonar los slogans de campaña y comenzar a comunicar propuestas claras, serias y profundas, tendientes a solucionar los graves problemas que afectan el entramado socio – económico nacional y local, que dañan a todos los sistemas productivos territoriales. En la práctica, es una invitación para abandonar el “hay que…” y asumir con determinación la defensa del “vamos a…”. La provincia de Santa Fe, debería está en condiciones de diseñar 1 plan; 10 proyectos; 20 programas y una sola estrategia integral que asegure la sustentabilidad a 20 años, e involucrarse en cada realidad local, destacando que este proceso no se realizará en forma descendente y aislada, sino integrando en forma activa a los distintos actores económicos y sociales de la región, que son quienes generan riqueza con “ambición de crecer y vocación de servir”.
Los casi 3.400.000 habitantes de la provincia de Santa Fe, distribuidos en 363 municipios y comunas sobre 133.000Km2, participan en forma directa, indirecta o pasiva, tomando los últimos datos históricos disponibles, en la generación de aproximadamente el 12,20% del “valor agregado bruto nacional”, del 21,80% de la industria manufacturera; el 21,40% del comercio; el 11,80% en Transporte, almacenamiento y comunicaciones y aproximadamente el 13,00 % de la producción agropecuaria y silvicultura del “producto bruto geográfico provincial”. El sector agroindustrial es el mejor desarrollado a nivel estructural por su integración vertical logística, pero no alcanza para sostener al resto de los actores económicos. Existen sectores de la economía que soportan una alta dependencia del Marco político y el Contexto económico actual por el cual atraviesa Argentina y que sectorialmente están atravesando un momento de total exposición y fragilidad, aunque todavía no se hayan dado cuenta o no quieran asumirlo.
El foco principal del plan referido debería contemplar la elaboración de un “Sistema Productivo Integrado” que involucre y contenga a todas las entidades e instituciones representativas de la producción, el comercio, la industria y los servicios; las universidades públicas y privadas; los centros de formación y capacitación, los Institutos Tecnológicos existente o a crearse, etc.…, para definir cuál será el esquema productivo que impulsarán desde su gobierno, poniendo mucho énfasis en el “desarrollo local” como conjunto de normas sociales y económicas que desde el punto de vista productivo permitirá adquirir y desarrollar un saber – hacer específico, un conocimiento práctico concreto, hasta lograr la especialización esperada proyectando que se generen acciones que tendrán al territorio como contenedor físico, básicamente emulando el modelo de “distritos Industriales” tan estudiados y probados durante los últimos 120 años en países como Italia y España. Es real que el marco de relaciones empresariales local suele estar marcado por un individualismo exasperado, creativo, desordenado y un poco anárquico, pero existe también la muestra de que existen grandes ideas, proyectos, empresas y organizaciones de alta eficiencia que alientan la implementación de este cambio. En la provincia de santa fe existen 65 Parques y Áreas Industriales (PyAls1), de los cuales 37 se encuentran registrados en el RENPI2y 55 cuentan con reconocimiento provincial, que conformarían la base para dar forma a esta nueva matriz e impulse la creación de nuevos institutos regionales tecnológicos que se dediquen a estudiar, desarrollar y promover la investigación en nuevas tecnologías, procesos, logística, innovación y patentes.
Resulta imperativo desarrollar el concepto de “territorio” para sostener y proyectar el “sistema productivo integrado” y que cada una de las empresas se sume y detecte cuál será su actividad por especialización para integrarse vertical y horizontalmente con otras estructuras y optimizar sus propios procesos productivos y en conjunto construir redes innovadoras, competitivas y flexibles, aptas para hacer frente a los nuevos escenarios de la economía mundial. Para lograrlo, deberán instar y guiar a las empresas con el fin de que se involucren y generen producciones con mayor valor agregado, pasando de producir bienes de consumo final a maquinarias con mayor contenido tecnológico o diseñar y producir máquinas, que sirvan para fabricar máquinas que al final producirán productos y estar muy dispuestos a invertir constantemente en I+D+I, (investigación – desarrollo – Innovación).
El rol del sector público debería ser el de “inductor” del desarrollo productivo provincial a partir del diseño de políticas productivas territoriales, focalizando su accionar en las estrategias que faciliten la “internacionalización comercial y productiva” o la “captación de inversiones productivas internacionales”, sin dejar de atender cuestiones básicas como corregir los serios problemas básicos como Infraestructura y vías de comunicación, Energía o Impuestos y financiamiento.
Un tema de extremo interés para quienes producen es la energía. Este es un insumo vital en cualquier proceso productivo y la provincia de santa fe tiene un grave problema con el mismo, la energía en Santa Fe es una de las más caras o costosas del país y su distribución es deficiente, por este motivo, existen períodos en los que por falta de energía las industrias no pueden producir con eficiencia y cuando logran hacerlo los costos las condenan a comprometer su competitividad o subsistencia.
Luego de analizar la evolución que tuvieron las energías renovables en el mundo industrial y desarrollado, llegó el momento para modificar la matriz energética de Santa Fe e invertir en forma decisiva en el desarrollo de una estructura sustentable de energías renovables y no nos referimos a instalar calefones solares sobre los techos de las viviendas particulares, sino a impulsar proyectos de varios cientos de megas o gigas como son los ejemplos de Cauchari I, II y III en Jujuy para energía solar, los parques eólicos instalados en distintas provincias argentinas, o los desarrollos privados en bio masa y bio gas. La gran ventaja que tiene la provincia de Santa Fe es que ya existen Leyes nacionales como la Ley 27.191 sobre el Régimen de Fomento Nacional para el uso de Fuentes Renovables de Energía Destinada a la Producción de Energía Eléctrica; Ley 27.424 sobre el Régimen de Fomento a la Generación Distribuida de Energía Renovable Integrada a la red pública y el Decreto 286/2018 que reglamenta esta última Ley, herramientas que facilitan el desarrollo de todas las alternativas energéticas para llegar a la autogeneración en un período de 2 décadas sin que toda la inversión deba hacerla el estado provincial. Nuestra provincia ha recorrido la mayor parte de este camino. Sólo debe decidir si asumirá el rol de “inductora” para impulsar esta enorme transformación o simplemente se mantendrá al margen de este desafío.
“CÓMO” hacerlo? Bien, ese punto forma parte de una etapa posterior y si no saben cómo hacerlo deberán confiar y apoyarse en los profesionales que si saben cómo lograrlo. Hoy, con vistas a las propuestas que aparecen en cada inicio de gestión, lo más importante es que cada uno sepa “QUE” es lo que deberá hacer desde el ejercicio del poder.