La temporada que se avecina se presenta como un desafío mayúsculo para Central. El canalla se encuentra en una encrucijada que podría definir rápidamente su camino en el fútbol. La realidad marca que Ariel Holan cuenta con un plantel que oscila entre la experiencia de jugadores veteranos y la frescura de jóvenes, quienes en algunos casos son apenas promesas. Está a la vista que no hay equilibrio. El club enfrenta un dilema estratégico que condicionará su rendimiento en el torneo que está por arrancar, y donde el elenco de Arroyito tiene la enorme obligación de revertir la magra campaña del 2024.
Central se caracteriza por tener un plantel con una enorme mezcla de experiencia y juventud que resulta muy intrigante. Por un lado, se encuentran figuras como el capitán Jorge Broun 38 años, Carlos Quintana 36, Miguel Barbieri 31, Ignacio Malcorra 37, Jonatan Gomez 35, Augusto Solari 33, Facundo Mallo 30 y Enzo Copetti 29.
Es cierto que algunos de ellos son considerados pilares en el equipo y aportan un bagaje de conocimientos y liderazgo. Estos jugadores demostraron en ciertos pasajes tener capacidad para afrontar la presión que ejerce la liga grande del fútbol nacional.
No obstante, la pregunta es si su edad les permitirá mantener un rendimiento óptimo a lo largo de la temporada. Tal es así que muchos tuvieron varias lesiones musculares a lo largo del 2024. Nada es casual.
Por otro lado, el canalla además le brindó la chance a muchos jóvenes. Hay potencial en las proyecciones de Juan Giménez (18), Felipe Carcinero (18), Tomás O’Connor (20), Mateo Serra (20) y Gaspar Duarte (22). Este selecto grupo representa el futuro inmediato institucional.
Pero este contraste de edades plantea un dilema fundamental. Y muy claro. ¿Debería Central inclinarse hacia la experiencia, apostando por los veteranos que conocen el camino, o debe arriesgarse a integrar a los jóvenes en un equipo que necesita resultados inmediatos?
Sin dudas, uno de los mayores desafíos que enfrenta el experimentado Ariel Holan (64 años) es poder encontrar el equilibrio adecuado entre ambas generaciones. La experiencia de los mayores puede ser invaluable en momentos críticos. Pero también es necesario que los jóvenes adquieran minutos en la cancha y ganen confianza en la cancha.
La gestión de este equilibrio será realmente clave. No solamente para el rendimiento en la liga, sino también para el desarrollo de los jóvenes talentos.
También es verdad que la carga física y las exigencias del fútbol actual son factores que no se pueden ignorar. La velocidad del juego y la necesidad de mantener un ritmo alto durante todo el partido puede ser más difícil de sostener para los jugadores mayores. Tal es así que Central ya lo vivió el año pasado.
En consecuencia, el canalla deberá considerar las estrategias que tiene en el manual táctico. Debe dar en la tecla para que le permita maximizar el rendimiento de sus veteranos, como una rotación más frecuente y un manejo cuidadoso de sus minutos en el campo. De lo contrario, las lesiones musculares volverán a florecer en Arroyito.
El dilema que enfrenta Central en esta temporada es una realidad que pocos equipos logran equilibrar con éxito. La capacidad del cuerpo técnico para integrar a los veteranos con los jóvenes determinará no solo el rendimiento del equipo, sino también su futuro. Holan estará en el ojo de la tormenta fecha a fecha.
El entrenador tendrá que encontrar rápido la manera de aprovechar la sabiduría de sus jugadores mayores mientras nutre a sus jóvenes talentos. La temporada que está por arrancar es, sin duda, definitoria para el canalla. Porque los ojos de todos sus fieles seguidores estarán puestos en cómo navegará Holan y compañía esta compleja e incierta dualidad.