El clásico coronó a Di María y dejó tildado a todo Newell’s

Central ratificó su hegemonía ante Lepra, que sigue navegando en aguas turbulentas

Nueva sonrisa de un lado. Nueva frustración del otro. Las dos caras de la moneda en un mismo escenario. Central ratificó su hegemonía en el historial del clásico. El plus fue el zurdazo letal de Ángel Di María, quien se coronó como el máximo emblema de la actualidad ante su gente. Fideo fue además como una especie de protector para el proceso que encabeza Ariel Holan. Mientras que por el lado de Newell’s, la derrota por la mínima diferencia le generó un inmenso momento de incertidumbre. Sea desde lo deportivo de la mano de un amarrete Cristian Fabbiani como desde lo dirigencial, con Ignacio Astore operando sin tanto éxito desde el sillón presidencial.

La cita en el Gigante fue testigo de un encuentro vibrante desde lo pasional. También terminó siendo una jornada especial porque será eternamente recordada por la comunidad canalla. 

Di María brilló con luz propia al marcar el gol de la victoria con un impecable tiro libre. Angelito se metió de lleno en el corazón de los hinchas. Sí, esos mismos que hasta hace no mucho tiempo atrás lo tenían en la mira de la desconfianza porque no había pegado la vuelta como lo prometió.

Pero ahora la historia cambió. Fue como una película donde el  regreso de un héroe a casa fue verdaderamente celebrado por todos. Su golazo, de una precisión quirúrgica, no solo aseguró la victoria. También reafirmó su rol como símbolo de un equipo que, pese a las dudas colectivas, sabe cómo responder en los momentos clave. 

En medio del éxtasis popular, el técnico Ariel Holan consiguió un respiro. Sí, haber ganado el derby fue recibir una bocanada de oxígeno en un momento donde los resultados y el rendimiento colectivo no terminan de convencer. 

Si bien esta victoria le otorgó un alivio momentáneo, lo cierto es que la tarea de Holan sigue siendo ardua: mejorar la producción del equipo como además exhibir un estilo de juego definido y brindar esa sensación de solidez. 

Otro dato nada menor es que puertas hacia adentro, y por más que Central esté muy bien posicionado para las clasificaciones a copas internacionales, la realidad marca que el entrenador venía degradando su imagen puertas hacia adentro. Claro que, por ahora, la alegría del triunfo en el clásico es el mejor remedio que tiene y lo contiene.

Por el lado de Newell’s, el derby es un espejo de la realidad institucional. La Lepra continúa envuelta en una crisis sin fin cuando es hora de afrontar el partido más importante para el pueblo leproso.

Quedó a la vista de todos que hizo un mal partido en el Gigante. Cristian Fabbiani mostró una postura conservadora. Tal vez, con la idea de asegurar un punto, pero terminó dejando una raquítica imagen y poniendo en evidencia sus dificultades de resolución.

Demás está remarcar que la derrota profundiza la crisis que atraviesa el club desde lo dirigencial. La frustración se palpa en el ambiente. La gestión representada en la figura de Ignacio Astore fue puesta en evidencia, dejando en claro que el club necesita un cambio de aire, una visión que logre revitalizar la estructura y el proyecto deportivo. 

El tema es que, hoy en día, no se percibe en la vereda política (de cara a las elecciones de diciembre) una figura que pueda transitar o demuestre tener solidez para moverse dentro de la industria del fútbol y luego logre torcer el rumbo deportivo. 

Mientras tanto, al hincha rojinegro solo le queda esperar que el equipo del Ogro se recupere lo más rápido posible en pos de salvar la temporada con una campaña que sea lo más decorosa posible. 

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