Central sigue pisando fuerte y reafirmando que en la sencillez también reside la grandeza

Los grandes nombres a menudo acaparan las miradas. Sobre todo en la industria del fútbol. En Central, no es así. El canalla derrotó a San Lorenzo en el Nuevo Gasómetro por 1 a 0 (gol de Enzo Copetti) y ratificó ser la gran revelación de la Zona B del fútbol argentino. Lo curioso, o saliente en realidad, es que lo hace con una línea de trabajo sencilla, pero efectiva, y un plantel que no se destaca por figuras rutilantes. Para sorpresa de todos, el elenco auriazul supo construir un presente sólido y un futuro prometedor, afianzando su liderazgo con cada sorprendente resultado, mientras espera y mira con mucha ilusión los octavos de final.

Desde el inicio del torneo, Central viene demostrando que la constancia y la eficiencia pueden ser más poderosas que las estrellas mediáticas. Ejemplos, sobran. Con solo mirar con dirección donde siempre están todas las luces, alcanza.

Otro punto saliente es que bajo la dirección técnica de Ariel Holan, el canalla cimentó su rendimiento en una estructura táctica clara, centrada ante todo en la organización defensiva y un juego colectivo que maximiza las virtudes de sus jugadores. Hay una marcada rotación, pero el funcionamiento es el mismo.

Los números reflejan esta tendencia: una cantidad significativa de partidos ganados (9), pocos goles en contra (8) y una capacidad para aprovechar las oportunidades en ataque. La simplicidad en su estilo de juego no es  sinónimo de monotonía, sino de una estrategia que prioriza la solidez y la eficacia. Lo colectivo está bien marcado por sobre lo individual.


Holan logró que el equipo funcione como una maquinaria bien aceitada, sin necesidad de recurrir a recursos ostentosos o nombres rutilantes en su plantel. Tampoco había presupuesto para imaginar otro escenario, claro está.

En cambio, el técnico apuesta por la unión grupal, la disciplina táctica y la inteligencia en cada jugada en pos de sacarle el máximo jugo posible. Este enfoque resonó con los resultados, permitiendo que Central se mantenga como gran protagonista de la Zona B y genere expectativas de cara a lo que resta del torneo.

Central ya se consolidó como un equipo que va más allá de las apariencias y que demuestra que el fútbol de resultados puede ir de la mano con una propuesta sencilla pero efectiva. Que no siempre los grandes nombres hacen la diferencia. Los números están a la vista. Alcanza además con ver el plantel auriazul para avalar esta teoría.

Mirando hacia adelante, el equipo de Holan se encuentra parado desde un presente que parece perfecto, pero con la mirada puesta en consolidar su liderazgo como equipo a batir y seguir sorprendiendo.

La confianza en su modelo de juego y en la capacidad de sus jugadores, otorga una base sólida para afrontar los octavos de final con una perspectiva especial.

Está a la vista que esta versión de Central demostró en todas las 14 fechas que se consumieron del torneo argentino que en el fútbol, a veces, menos es más.

Pero con trabajo, disciplina y una línea de juego sencilla, supo construir un presente que invita a soñar a su pasional masa con un futuro prometedor, reafirmando que en la sencillez también reside la grandeza.

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