La canción, incluida en el disco “Manal” (1970), nació de la inspiración que ofrecían las zonas industriales y ferroviarias de Avellaneda.
La letra describe con detalle el entorno gris y deteriorado de una zona industrial, utilizando imágenes potentes como ‘vía muerta’ y ‘calle con asfalto siempre destrozado’ para evocar un sentido de abandono y decadencia.
El uso de elementos como el ‘tren de carga’, ‘el humo’ y ‘el hollín’ refuerza la conexión con la temática industrial, mientras que la mención de objetos como ‘barriles en el barro’ y ‘un zapato olvidado’ añade una dimensión humana al paisaje, sugiriendo las historias no contadas de aquellos que habitan o trabajan en estas áreas. La canción no solo pinta un cuadro del entorno físico, sino que también transmite el sentimiento de desesperanza que a menudo acompaña a las zonas industriales en declive.
A través de ‘Avellaneda Blues’, Manal no solo ofrece una crítica social, sino que también invita a la reflexión sobre el impacto del progreso industrial en la vida y el ambiente. La canción es un recordatorio melancólico de las realidades a menudo ignoradas en el avance hacia la modernización y el desarrollo económico, capturando la esencia de un barrio y una época específica en la historia argentina.
Claudio Gabis, guitarrista del grupo, explicó que se inspiró en el bar «Plaza» del barrio de Caballito y en una visita a la zona industrial de Avellaneda. La canción se creó a través de la observación de esa realidad, que se transformó en un blues para esa área específica.
Compuesta por Claudio Gabis y Javier Martínez en 1968, «Avellaneda Blues» se considera la primera canción de blues en español.
