Javier Milei ocupa el centro del ring y desde allí domina el combate político con comodidad. Y hasta se permite bajar la guardia desafiante como si fuera invulnerable. Incluso muestra cierta impunidad para transgredir el sentido común. Potenciando rivalidades colectivas ante la ausencia de un adversario con consenso. La estrategia es clara. Distraer para avanzar. Mientras pone en evidencia la crisis de liderazgo de los otros sectores, profundizando las contradicciones de la oposición.
“El presidente pone en debate cuestiones que tienen miradas diferentes en la gente”, justifica un referente libertario santafesino, y sonríe cuando EPA le sugiere que es su táctica de distracción.
La concentración y el ejercicio de poder del presidente le permite progresar hacia sus objetivos en la política económica, con la táctica de recrear conflictos en otros temas. Al tiempo que esmerila a Cristina Kirchner y Mauricio Macri.
Los ex presidentes se refugian en sus vanidades sin querer registrar la pérdida gradual de su autoridad con los propios, aspecto que se niegan a registrar.
Milei quiere multiplicar las fuerzas del cielo bajo la figura de la oposición dialoguista. Pero gobernadores e intendentes reconstruyen sus pertenencias para convertirlas en las fuerzas del suelo. Y desde allí edificar una nueva alternativa transversal al partido libertario.
No sorprende que referentes del peronismo digan a viva voz que “Cristina ya fue”. Mientras en el PRO dicen sin tapujos que “Mauricio no entiende que su tiempo pasó”.
Por eso no es casualidad que los acuerdos contengan un conjunto de fragmentaciones de los distintos partidos. Algunos incluso con extraña lógica. Alcanza con ver las ofertas electorales en Santa Fe. Donde lo variopinto y el gatopardismo predominan en ciertas “juntadas”.
Milei busca más hegemonía y el 2025 le ofrece un buen pronóstico. La oposición necesita menos heterogeneidad para no quedar a merced de los libertarios. Y el país requiere de un equilibrio político que garantice una paridad de fuerzas, para que entre el cielo y el suelo haya una sociedad que viva como hace tantos años desea.
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