Este tema, que se incluye en el álbum «Goats Head Soup» (1973), según cuenta Keith Richards en su autobiografía, se le ocurrió mientras estaba en una clínica de Vevey, Suiza, desintoxicándose de su adicción a la heroína.
«Me senté en la cama y escribí Angie en una tarde. Empecé a cantar: ‘Angie, Angie’. No era sobre nadie en particular. No era más que un nombre, podía haber sido, ’ooooh, Diana», cuenta el stone.
Y agregó que después de tres días donde «el cuerpo entero se te pone del revés», en palabras del rockero, comenzó a sentirse mejor, con fuerzas para mover los dedos. Tomó una guitarra, la rasgueó y cantó lo primero que se le vino a la cabeza, «me senté en la cama y escribí Angie en una tarde. Empecé a cantar: ‘Angie, Angie’. No era sobre nadie en particular. No era más que un nombre, podía haber sido, ‘ooooh, Diana'».
En ese momento no sabía que su pareja Anita Pallenberg, estaba dando a luz en esa misma clínica, a su hija, que iba a llamarse Angela. De hecho, decidieron llamar a la recién nacida Dandelion, pero… «Le pusimos Angela de segundo nombre porque nació en un hospital católico donde insistieron que se añadiera también un nombre como es debido», cuenta con sorna Richards.
